Cómo elegir la planta eléctrica perfecta para tu negocio (sin volverte loco) Déjanos tus comentarios

Elegir la planta eléctrica adecuada puede parecer una misión imposible (como elegir qué serie ver en Netflix), pero en realidad, es más sencillo de lo que piensas. Aquí te dejamos algunos tips clave para que te conviertas en todo un pro de las plantas eléctricas y tomes la mejor decisión. ¡Vamos a ello!

1. ¿Emergencia o uso continuo?

Lo primero que debes preguntarte es: ¿para qué la necesitas? Hay dos opciones principales y cada una cubre diferentes necesidades:

• Uso de emergencia: Perfecta para cuando se va la luz por una falla inesperada. Estas plantas se encienden de forma automática o manual y te sacan del apuro cuando más lo necesitas. Ejemplo: Si tienes una tienda o una oficina y no puedes permitir que el sistema de seguridad o las computadoras se apaguen, una planta de emergencia es lo que buscas.
• Uso continuo: Si necesitas que la planta esté trabajando todo el tiempo (como en fábricas o en lugares remotos donde no hay suministro eléctrico), esta es tu mejor opción. Estas plantas están diseñadas para estar encendidas 24/7. Ejemplo: Si tienes una fábrica que opera sin parar o un centro de datos que no puede permitirse ni un segundo sin energía, necesitas una planta de uso continuo.

2. ¡La potencia lo es todo!

Al elegir una planta eléctrica, piensa en cuántos equipos quieres alimentar a la vez. Para esto, necesitas saber cuántos watts o kilowatts (kW) consumirán todos los aparatos juntos.

Ejemplos de potencias:

• 3 a 10 kW: Perfecto para pequeñas oficinas, cafeterías, tiendas o casas pequeñas que solo necesitan alimentar luces, computadoras, y algunos electrodomésticos básicos.
• 10 a 50 kW: Para industrias pequeñas o talleres que usan maquinaria, refrigeración y equipos de mayor consumo.
• 50 kW a 500 kW: Ideal para grandes fábricas, hospitales o edificios completos donde el consumo de energía es alto y constante.

3. El ruido… ¿Qué tan molesto será?

Aquí está la parte que no querrás ignorar: el ruido. Algunas plantas pueden hacer un ruido similar a un concierto de rock, lo que no siempre es ideal. Si vas a usar la planta en un lugar donde el silencio es importante (oficinas, hospitales o incluso en zonas residenciales), revisa cuántos decibeles (dB) emite.

Ejemplos:

• 60-70 dB: Esto es similar al sonido de una conversación normal o una aspiradora.
• Más de 80 dB: Ya empieza a ser molesto, como el ruido de una licuadora o una moto.

Si necesitas reducir el ruido, busca plantas con cabinas acústicas o compra una cabina adicional para que el sonido no sea un problema.

4. ¿Diésel o gas natural?

Ahora toca elegir el tipo de combustible. Las dos opciones más comunes son diésel y gas natural, y cada una tiene sus pros y contras:

• Diésel: Es súper confiable y fácil de recargar. Es la opción más utilizada para emergencias porque tiene una buena respuesta inmediata. Ejemplo: Si tienes un restaurante o una tienda que solo requiere respaldo cuando se va la luz, el diésel será perfecto.
• Gas natural: Ideal para uso continuo. Puedes conectarlo directamente a una tubería de gas natural, lo que te permite que la planta funcione durante mucho tiempo sin preocuparte por quedarte sin combustible. Ejemplo: Para una planta que debe estar encendida 24/7, como en un hospital o centro de datos, el gas natural es tu mejor amigo.

5. ¿Voltaje? ¡Sí, importa!

El voltaje es clave cuando eliges una planta eléctrica. Dependerá de lo que vayas a conectar y del lugar donde esté instalada. Asegúrate de que el voltaje de salida de la planta sea compatible con los equipos que planeas alimentar.

Ejemplos:

• 120V/240V: Para pequeñas empresas o residencias, donde la mayoría de los electrodomésticos y equipos funcionan a este voltaje. Ideal si solo tienes que alimentar computadoras, luces y electrodomésticos básicos.
• 208V/480V: Para industrias o comercios grandes que usan maquinaria más potente y que requieren voltaje trifásico para equipos grandes, como motores industriales o refrigeración masiva. Esto es súper común en fábricas o centros de distribución.

6. ¿Portátil o fija?

¿Necesitas mover la planta de un lugar a otro o estará siempre en el mismo lugar? Este punto define si debes optar por una planta portátil o fija:

• Plantas portátiles: Son más ligeras y fáciles de transportar. Perfectas si necesitas llevarla a diferentes puntos, como en la construcción o para eventos.
• Plantas fijas: Quedan instaladas en un lugar fijo, ideales para oficinas, locales o edificios donde siempre se va a necesitar en un solo punto.

Además, si tu planta fija es grande y pesada, siempre puedes usar un remolque para facilitar su transporte en caso de que necesites moverla.

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Consejo final: No te compliques, lo importante es saber para qué la necesitas, cuánta potencia te hace falta y qué tipo de combustible es mejor.

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