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La industrialización del litio en Bolivia | Humberto Chacon

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Alrededor del 85% de las reservas de Litio en el mundo se encuentran en el denominado “Triángulo del litio” compuesto por Argentina, Bolivia y Chile. Esas reservas se encuentran en condiciones de explotación únicas y por ese motivo permiten costos de procesamiento y producción mucho menores a los de los combustibles fósiles.

El litio se constituye en la actualidad como recurso natural estratégico al consolidarse como:

1) Factor clave en el cambio de matriz energética: el litio se necesita para la confección de acumuladores eléctricos que permiten contener la energía generada mediante recursos renovables, ya que esta es intermitente y fluctuante, por lo que debe ser acumulada.

2) Determinante en la modificación del patrón tecnológico, ya que las baterías que denominadas ion-litio serán el motor que impulsará la movilidad de los próximos años mediante los autos eléctricos. Además estas baterías son utilizadas en casi todos los dispositivos electrónicos portátiles como celulares, y computadoras.

También mencionamos que, en el caso del litio, no se rompe la dinámica de los recursos naturales en general: el litio se consume en los países del  “centro”, pero es expropiado de los países de la “periferia” mediante su explotación por grandes multinacionales. Esto da cuenta del clásico esquema dependiente de producción de manufacturas y productos industriales con agregado de valor para los primeros, y exportación de materias primas para los segundos, dinámica que ha atado a nuestros países al “subdesarrollo”

Entonces, si el litio emerge como factor clave para garantizar la transformación de la matriz energética y del patrón tecnológico y las mayores reservas del mundo se encuentran en los países del denominado triángulo del litio, resulta simple comprender que el tablero de la geopolítica mundial estará atravesado por la disputa por los recursos naturales estratégicos, al constituirse estos como elemento esencial  de poder, porque permiten modificar o sostener el status quo vigente.

 

La industrialización del litio en Bolivia | Humberto Chacon

Importa aclarar que la dinámica del sistema internacional actual está signada por una transición hegemónica compleja, caracterizada por la pérdida de poder relativo de Estados Unidos, frente al crecimiento de la República Popular China.

La avanzada china mediante el proyecto de “una franja-una ruta” supone grandes amenazas a los Estados Unidos en su rol de potencia, por lo que debe garantizar su hegemonía, al menos en el plano regional, para disputar poder en el escenario internacional. Es por eso que, desde que Donald Trump asumió el poder, la potencia del norte vuelve a utilizar la Doctrina Monroe como instrumento de política exterior para con los países de América Latina y el Caribe; buscando revitalizar la hegemonía sobre lo que considera su zona geopolítica de influencia inmediata, es decir su “patio trasero”. América Latina y el Caribe se constituye, para el país del norte, como la región clave en términos geoestratégicos, geoeconómicos y geopolíticos para sostener su poder en occidente.

De estas afirmaciones se deduce rápidamente, que todas las acciones ejecutadas desde nuestros países, tendientes a poner en cuestión la hegemonía que Estados Unidos necesita consolidar en la región, estarán en el foco de la política exterior del país del Norte.

Mediante la utilización de todo tipo de instrumentos de política ya sean judiciales, financieros, económicos, diplomáticos, militares, comunicacionales, culturales, de inteligencia; o a través de instituciones de crédito como el FMI u organismos multilaterales como la OEA, buscará subyugar la voluntad de los países de América Latina y el Caribe a sus deseos. Necesita a la región controlada y actuando en pos de sus intereses.

Frente a esto, adquiere importancia lo mencionado al principio de esta nota: el litio se constituye como factor clave en el cambio de matriz energética y de patrón tecnológico, es decir, se constituye como factor de poder para liderar la disputa geopolítica por los recursos naturales y garantizar la consolidación de la actual transición hegemónica.

Bolivia posee las mayores reservas de litio en salmueras en el mundo, en el Salar Uyuni y, a  diferencia de lo ocurrido en Argentina y Chile, donde el recurso se encuentra en manos de multinacionales que responden a intereses foráneos, en Bolivia es el Estado Plurinacional el que controla de forma soberana el recurso y lo explota de acuerdo a los intereses nacionales. Este hecho supone, sin lugar a dudas, tensiones con Estados Unidos, ya que claro está, las políticas implementadas Bolivia, distan mucho de las que las que el país del norte desea.

En relación a los recursos litiferos, el proceso de nacionalización e industrialización comenzó en 2008, cuando se decidió otorgar entidad a la histórica demanda de las comunidades mineras bolivianas: que los recursos evaporíticos del Salar Uyuni se exploten  por el Estado. Desde la época de la colonia hasta su constitución como Estado Nación los recursos naturales de Bolivia eran explotados por las grandes potencias mediante sus diversos instrumentos extractivistas . Esa explotación por supuesto poco tenía en cuenta los intereses de las comunidades locales y es por eso que se sucedían en Bolivia continuamente grandes marchas y protestas sociales exigiendo mayores niveles de control por parte del Estado en sus recursos litiferos.

Es así, que el proyecto de industrialización del Salar Uyuni, fue presentado por los movimientos sindicales campesinos que decidieron elevar la demanda al nuevo Presidente. El mismo suponía alcanzar la producción de carbonato de litio y cloruro de potasio mediante la creación de una empresa pública y estatal.

Así, una demanda popular se transformó en una política de Estado.

Formalmente el proceso se inició en el 2008 con la Sanción del Decreto 29.496 que otorga estatus Nacional la explotación de los Recursos Evaporíticos del Salar Uyuni. A esto se le sumó la Ley Nº 3720 que devolvía a la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) la posibilidad de  participar directamente en toda la cadena productiva con las funciones de prospección y exploración, explotación, concentración, fundición y refinación, comercialización de minerales y metales y administración de las áreas fiscales (1)

En 2008 mediante la resolución Nº 3801  se aprueba el Proyecto de Desarrollo Integral de Salmueras del Salar Uyuni y la instalación y puesta en marcha de una Planta Piloto para el procesamiento de litio (2). Además ese mismo año se crea  dentro de la estructura de la COMIBOL, la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE) antesala para la creación, en 2017, de la empresa pública, estatal y nacional Yacimientos Litiferos Bolivianos.

El proceso de nacionalización y afianzamiento de los recursos naturales como propios, entendiendo esto como clave para la elaboración y ejecución de una política exterior soberana, continuó con la aprobación en 2009 de la Nueva Constitución Política del Estado (3), donde los recursos naturales son declarados de carácter estratégico e interés público.

Para llevar adelante el proceso de industrialización se diseñó la Estrategia Nacional de Industrialización de los Recursos Evaporíticos (4) que contemplaba tres fases a través de las cuales el Estado boliviano comenzaría a controlar toda la  cadena de valor de producción del litio.

Fase 1:Esta fase suponía la producción de commodities de litio y potasio a escala piloto.  Fue concretada con éxito cuando se inauguró en enero de 2013 la Planta Piloto de Carbonato de Litio en LIppi LIppi.

Fase 2: Producción industrial  de Carbonato de litio, Cloruro de Potasio y sulfato de Potasio. Esta fase suponia la construcción de  la infraestructura y condiciones necesarias para que el el Estado Boliviano produzca commodities de litio y potasio a escala industrial.

Con esto se esperaba que el Estado Boliviano tenga total control y conocimiento del procesamiento y producción de los recursos del Salar Uyuni. Esto le permitiría, una vez consolidado, insertarse en el mercado mundial del litio sin depender ni de los recursos, ni de las maquinarias, ni de las inversiones, ni de la técnica, ni de las condiciones de las grandes multinacionales. El litio de los salares bolivianos se explotaría desde y para ese mismo país.

Ya en 2017 mediante la sanción de la Ley Nº 928 se creó la Empresa Pública Nacional Estratégica Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB),  en reemplazo de la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE). La ley afirmaba que “Yacimientos de Litio Bolivianos, era responsable de realizar las actividades de toda de la cadena productiva: prospección, exploración, explotación, beneficio o concentración, instalación, implementación, puesta en marcha, operación y administración de recursos evaporíticos, complejos de química inorgánica, industrialización y comercialización” (5)

El cambio de institucional de GNRE a YLB implicó el traspaso de tutela de la entidad, del Ministerio de Minería y Metalurgia, al Ministerio Energías de Bolivia. Este hecho da cuenta de la comprensión de lo que mencionamos al principio, de que el litio resulta clave en la transformación de la matriz energética, al ser el recurso que permitirá la confección de baterías de ion-litio necesarias para los autos eléctricos y la fabricación de acumuladores energéticos.

La creación de YLB  además permite además avanzar en la Fase 3 del proceso de industrialización inicial: Fabricación industrial de materiales catódicos  y baterías de litio.

En relación a esto último importa aclarar que son pocos los países que cuentan con los recursos científicos, tecnológicos y técnicos para la fabricación de baterías y materiales catódicos, por ese motivo una de las disposiciones de esta tercer fase es que el proceso de fabricación de estos materiales con alto nivel tecnológico-científico, se realice en alianza con un socio estratégico.

En abril de 2018, la empresa alemana ACY Systems fue seleccionada por reunir las mejores oportunidades económicas, tecnológicas y de mercado; luego de que el Estado boliviano definiera las condiciones que mínimamente debería cumplir la empresa o el consorcio, para ser seleccionado para la fase III en carácter de socio estratégico de YLB (donde se destaca que se mantenga la participación mayoritaria estatal -51%- y garantizar mercado para los productos producidos por la asociación en territorio boliviano, en especial las baterías de ion-litio). El acuerdo entre la empresa boliviana y la empresa alemana tenía como finalidad la instalación de una planta de producción de materiales catódicos y baterías de ion-litio.

El acuerdo entre Bolivia y Alemania ha suscitado múltiples debates y en ese sentido resulta importante aclarar que el mismo, lejos está de implicar sesión de soberanía en la explotación del litio en Bolivia. Tal y como afirma  Luis Alberto Echazú A. Gerente de Yacimientos de Litio Bolivianos “¿qué hará la empresa alemana? Pues aportará tecnología, mercado y financiamiento para que la empresa mixta conformada por YLB (Yacimientos de Litio Bolivianos con mayoría del 51% y ACI Systema con el 49% CONJUNTAMENTE procesen un residuo denominado salmuera residual, para producir en primer lugar Hidróxido de Litio, un producto industrial de alto valor comercial y a partir de él, un segundo complejo industrial de alta tecnología, conformado por una planta de materiales catódicos (nanotecnología = Sulfatos hidratados de Cobalto, Níquel y Manganeso y Fosfato de Hierro de altísima pureza, prácticamente puros) y finalmente las celdas y el ensamblado de baterías de ion Litio, todo esto en Bolivia. Toda esta cadena industrial es obtenida entonces a partir de un residuo, la llamada salmuera residual. Pero, ¿será que esta salmuera residual se entregará a la empresa alemana? Absolutamente NO. Esta salmuera será VENDIDA, no a la empresa alemana para que se la lleve a Europa, sino a la asociación o empresa mixta en la cual la empresa boliviana YLB tiene la mayoría accionaria y por tanto recibirá la mayoría de las utilidades. Además esta venta genera ingresos para YLB, y por ello debe pagar la regalía correspondiente, para Potosí.

Tenemos entonces que YLB vende como propietaria y empresa matriz, la salmuera residual a su empresa subsidiaria, la empresa mixta, que compra el producto. Como ya vimos este producto no sale de Bolivia, es transformado en productos de alto valor que serán exportados a Europa.

¿Puede ser esto caracterizado como una entrega del salar? Absolutamente NO. La empresa alemana no tiene ningún derecho sobre extensión alguna del salar de Uyuni, así como ninguna otra empresa privada nacional y menos extranjera puede ni podrá tenerlo. No hay entrega alguna, pero sí industrialización en Bolivia de los recursos evaporíticos del salar de Uyuni, que se mantiene y mantendrá como propiedad soberana del pueblo boliviano.” (6)

Las baterías de ion-litio producidas por YLB  están siendo aplicadas a modo de experimento en algunos de los proyectos que ejecuta la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) (7). Dentro de los múltiples proyectos que ejecuta la entidad, se destaca por ejemplo el sistemas eléctricos alternativos que utilizan la energía generada por recursos renovables y donde los acumuladores eléctricos fabricados por las baterías de litio de YLB son utilizadas para equilibrar  sistemas fotovoltaicos en algunas zonas rurales de Bolivia. Esto es único en la región y Bolivia uno de los pocos países en el mundo que está realizando la transformación de su matriz energética.

Además del acuerdo firmado con Alemania, Bolivia a través de YLB, firmó este año un acuerdo preliminar con el consorcio chino TBEA-Baocheng para construir plantas industrializadoras de litio en los salares de Coipasa y Pastos Grandes. Esta planta procesaría un tipo de salmuera que produce Litio Metálico. Este es un producto de alto valor de un uso en tecnología de punta que pocos países fabrican, a través de este acuerdo, Bolivia se constituye también como uno de los pocos países en el mundo en producirlo.

Importa entonces mencionar la relevancia de este acuerdo, ya que China es en la actualidad el mayor productor de vehículos eléctricos mediante su empresa BYD que ha desplazado de este puesto a la norteamericana TESLA. Es además el mayor consumidor de carbonato de litio del mundo así como también de los productos industriales derivados de este recurso. La dinámica industrial y tecnológica se concentra en ese país,  es el mayor exportador de autos eléctricos y controla el mercado de baterías de litio y de acumuladores eléctricos.

En Junio de 2019 el presidente Xi Jinping y Evo Morales mantuvieron una reunión donde entre otras cosas las dos naciones acordaron establecer una asociación estratégica en cuatro niveles:

Fortalecer la confianza política mutua, apoyando los intereses centrales de cada uno e intercambiando experiencias sobre gobernanza.

Expandir la cooperación en el marco de la Ruta de la Seda.  Esto incluye el establecimiento conjunto de un nuevo modelo cooperativo con la integración de los sectores de inversión, comercio y servicios, así como la búsqueda de un equilibrio comercial con el desarrollo de varios proyectos como agricultura, manufactura, energía renovable e infraestructura.

Mejorar la cooperación en sectores como la cultura, la educación, el deporte, los medios de comunicación, el turismo y la preservación del patrimonio cultural para profundizar los intercambios entre personas.

Promover la coordinación multilateral en el marco de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible y el cambio climático, para salvaguardar los derechos de los países en desarrollo.  Esto incluirá la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales y la construcción de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad. (8)

Sin lugar a dudas el acuerdo entre China y Bolivia es una alianza estratégica muy importante y significa enormes potencialidades; siendo, por supuesto, una molestia para los Estados Unidos, que ven en dicha alianza una “avanzada china” en lo que considera su zona de influencia directa.

A todo este proceso se suma que, recientemente, salió a la venta el primer automóvil eléctrico fabricado 100% en Bolivia. La empresa Quantum ubicada en Llajta, Cochabamba, es la compañía que ha desarrollado este vehículo, uno cuya batería y ensamblaje se fabricó totalmente en el país.

Como hemos detallado en el Informe Nº1 (9), la fabricación de autos eléctricos se encuentra en el centro de la disputa por el control del cambio tecnológico. Pocos Estados llevan adelante este proceso, que por supuesto otorga enormes ventajas a quien asuma su control y justamente por eso se encuentra en el centro de la disputa entre Estados Unidos y China.

Detengámonos un minuto en la dimensión de este hecho: un país latinoamericano controla sus recursos naturales y los explota de acuerdo a sus necesidades. Además de eso y sin ningún tipo de “ayuda” de los Estados Unidos se inserta en el mercado de litio como un actor clave. Y no lo hace exportando commodities mineros sin ningún tipo de agregado de valor como Argentina y Chile, sino que fabrica baterías, acumuladores y autos eléctricos, tecnología de punta.

Bolivia logró consolidarse como un actor fundamental en el mercado mundial del litio y estaba preparado para dar el gran salto y  establecerse como líder del cambio de matriz energética y patrón tecnológico en la región latinoamericana y caribeña. Sin embargo el golpe de Estado ha detenido el  proceso.

Fuente:  Agustina Sánchez Relaciones Internacionales (UNLa) y miembro del CENACK 


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