Mejoras activas
Requieren acciones periódicas para seguir brindando un beneficio. Las mejoras activas incluyen programas de concientización, programación de la iluminación, economizadores, dispositivos de descarga automática y muchas otras actividades que exigen atención y mantenimiento constante con posterioridad al cierre del proyecto inicial. Lamentablemente, las mejoras activas pueden malograrse fácilmente si se desatienden: puede ocurrir que se detengan, se apaguen, se pasen por alto, se deterioren hasta desaparecer o simplemente se olviden. Así, se pierden todos los beneficios y el resultado es un rendimiento potencialmente peor que si no se hubiera intentado introducir ninguna mejora. Todo plan de gestión de la energía debe ir más allá de la etapa de planificación e implementación inicial y debe incluir una estrategia a largo plazo para el monitoreo y la sustentabilidad de las mejoras.
Mejoras pasivas
Con este tipo de mejoras, los resultados son los mismos y no se requieren ajustes, calibraciones, lubricación ni monitoreo a lo largo del tiempo. Por ejemplo: en el cambio de una luminaria incandescente a LED requiere apenas un esfuerzo mínimo y único.