Empresas como Facebook, Google o Amazon construyen infraestructura para llevar más lejos sus servicios. La clave de este despliegue de recursos está en afianzar su posición en el dinámico ecosistema digital.
Las empresas de internet han empezado a maniobrar más allá del sector tecnológico. Construyen redes de telecomunicaciones como si intentaran convertirse en adversarios de las operadoras tradicionales. Pero su objetivo en realidad es asegurar su posición en el ecosistema digital, en parte con el despliegue de infraestructura, pues son ellas las que detonan el tráfico e innovación. Con este movimiento también obligan a las operadoras a repensar su lugar en la cadena de valor de la industria de telecomunicaciones ante los retos y posibilidades de negocio que traerán consigo el internet de las cosas (IoT), el uso masivo del cloud computing o el estándar de comunicación 5G.
Los pasos de los gigantes de Internet con la creación de redes han sido discretos pero constantes y cada vez empiezan a ser más visibles, aunque esos despliegues se realicen a 20 kilómetros de altura con globos de helio o bajo el agua con el tirado de miles y miles de metros de fibra óptica en cable submarino.
El primero de esos pasos lo dio Google en 2014 de la mano de un operador tradicional de red o “carrier” —China Mobile— para conectar por un cable la costa de Oregon, en Estados Unidos, con las regiones Chie y Mie de Japón a una velocidad de 60 Tbps. Microsoft y Facebook anunciaron en 2016 la construcción de un cable submarino —bautizado como Marea— que irá del este de Estados Unidos al sur de Europa y aunque la infraestructura será operada por la filial Telxius de Telefónica, la intención de las tecnológicas es asegurar una conexión confiable a los servicios hospedados en la nube. Amazon también comprometió inversiones ese año para una red que una a Estados Unidos con Australia y en 2017 se alió con Facebook para asociarse con SoftBank y construir un cable submarino que vaya de Asia a América del Norte, de Filipinas a California.
Google avanzó más en enero del 2018 con Curie, su nuevo cable submarino de carácter privado que conectará a Chile con California a partir de 2019, completando la estrategia de hacerse con una infraestructura que le asegure el suficiente ancho de banda por donde pueda sostener sus negocios.
A las empresas de internet les importa más qué se puede hacer y qué se puede asegurar con la infraestructura, pues su fin es desarrollar tecnología, crear contenido y dejar el germen de la siguiente generación en innovación, más que sólo prestar un acceso o un servicio. “No sólo están viendo cómo conectar a más gente, sino que ya tienen más clara la visión del siguiente paso, muy integral sobre nuevas preferencias de consumo, incluso temas de regulación”, dijo Sandra Rodríguez, directora en Jurídica en Telecomunicaciones (Jentel).
Las compañías han detectado la posibilidad de negocio no sólo con la generación de tráfico, sino también con su gestión; además, desean tener mayor control sobre la privacidad, el manejo de datos personales, la seguridad de las transacciones electrónicas y la seguridad de las redes. “De ser abierta, la Internet comenzará a estar cerrada y unos pocos proveedores tendrán la mayor parte del pastel digital. Por eso las empresas que en un principio defendieron con tenacidad la neutralidad de la red hoy lo hacen con tibieza o incluso la abandonan, como Netflix”, dijo Jorge Bravo, analista en Mediatelecom Policy & Law. “A las empresas de Internet no necesariamente les interesa ser operadores y llevar toda la carga regulatoria, pero sí gestionar el tráfico, almacenarlo en la nube y realizar la enorme analítica de datos, que son los nuevos modelos de negocio en Internet”.
Google ya había dado pasos en el sector de las telecomunicaciones, recordó el analista Juan Gnius, jefe en la firma Telracom. A través de Fiber permite conexiones a Internet de hasta 1 Gbps y con Project Fi entró al negocio de los operadores móviles virtuales o MVNO (por sus sigla en inglés) a través del segmento de los datos y utilizando para ello tres redes móviles con tecnología LTE. Google no habría atinado tanto con el despliegue de globos para conectividad a Puerto Rico con Project Loon, porque el viento malogró ese plan para la isla.
En el ecosistema digital, la conectividad es tema importante, pero en ese rubro, los Internet players todavía no tienen un posición de fuerza, por lo que invertir en infraestructura amplía su presencia e inclusive lava su imagen ante los gobiernos y la industria que los señalan por estrangular redes, pero de invertir poco en éstas. “No es que los jugadores de Internet ingresen de lleno a la competencia por el mercado de telecomunicaciones tradicional, porque es un negocio con menores tasas de retorno al que ellos manejan en la actualidad”, dijo Gnius, de Telracom. “Algunos se centrarán en conectividad y otros apuntarán a segmentos donde puedan agregar valor. Este punto será el de mayor competencia y no veo que muchos operadores se encuentren capacitados para hacerlo. Se requiere creatividad, fuertes inversiones y agilidad, algo que no es menor”.
Gerente Comercial